Siendo holística (PARTE 1)
- caro5dlab
- 7 jun 2022
- 6 Min. de lectura
Actualizado: 8 jun 2022
Hace aproximadamente 15 años decidí con la consciencia que tenía en ese momento empezar a darle un giro a mi vida y a mi estar/hacer en el mundo. Antes de este momento experimenté y me sumergí en un gran sufrimiento sin saber por qué ni cómo había llegado a un sentimiento de vacío profundo y sin sentido.
Experimenté una infancia caracterizada por el maltrato y el abuso principalmente en el marco de una familia disfuncional (narcisista). En este entorno aprendí a normalizar comportamientos insanos y conductas auto destructivas. Desarrollé una enfermedad en la piel que me aislaba por varios días/semanas del mundo (eczema solar era el diagnóstico).

También desarrollé un trastorno alimentario compulsivo que me llevó a un sobrepeso considerable (hablo 20Kg extra), depresión, ansiedad y co-dependencia.
Lo anterior lo menciono para que te hagas una idea del panorama de mi vida hacia principios de mis 20´s y a continuación compartirte mi perspectiva de vida actual y de cómo desde aquel punto de inflexión - en mi cumpleaños 24- comenzó mi travesía de recordar el SER. Desde entonces mi energía ha estado enfocada a cultivar sus frecuencias para mi bienestar y el de las personas con quienes comparto y acompaño.
Antes de continuar, quiero contarte que a pesar de ese panorama oscuro que experimentaba en mi realidad externa de niña y adolescente, había "otra parte de mí" que se sentía en una realidad amorosa y bella que experimentaba cuando estaba "sola". Me sentía sostenida por un poder superior que no sé describir con palabras. Hoy en día es claro que estoy conectada a la fuente divina creadora y soy/estuve guiada y apoyada por maestros y maestras ascendidos, ángeles, arcángeles y seres en otro nivel de evolución. Me han mostrado el camino y guiado para sanarme y compartir un camino con quienes resuenen con él. Visto desde otra perspectiva, a lo largo del camino e ido recordando/reconectando con diferentes parte de mi ser multidimensional e infinito.
Volviendo a la historia, el día de mi cumpleaños número 24 entregué mi tesis de grado que tanta energía me había tomado para finalmente graduarme como administradora de empresas. Ese día, "coincidencialmente", empezaba mi sanación holística formalmente sin yo saberlo.
Me inscribí en un curso de 10 días de meditación Vipassana en mi ciudad natal y el mayor desafío era estar en silencio esos días meditando 9 horas al día aproximandamente.
Es una técnica de meditación proveniente de Myanmar e India que data de hace 2.500 años y su enseñanza promueve un camino para purificar la mente, salir del sufrimiento y cultivar el arte de vivir.
Terminé exitosamente los 10 días de meditación y para mi sorpresa sentí una sensación de ligereza en el cuerpo que antes no había experimentado en mi vida. No fue para nada fácil el curso pues era la primera vez que me conectaba con la naturaleza de mi cuerpo y sus sensaciones desde la quietud física. Sin embrago rápidamente empecé a experimentar la purificación y el beneficio de la práctica. Llegó el momento de salir del curso y no me quería ir !
Empecé mi practica regular diaria que he mantenido todos estos años, claro en evolución e integración de acuerdo a cada paso que voy andando. Después de este momento me dí cuenta que mientras mi proceso de purificación mental y emocional se daba, mi enfermedad de la piel se sanaba y así todos los demás asuntos que les mencioné anteriormente. Ya escribiré nuevas entradas para cada uno en particular. Seguí cultivando mi practica con perseverancia y enfoque los 2 años siguientes. Seguía desenredando mis nudos en diferentes niveles cuando se me presentó la oportunidad de viajar a India. Era un país que me atraía de niña por alguna razón que no conocía y que ya de adulta quería visitar para ir a meditar a uno de los centros más antiguos de esta tradición.
Viajé por 4 meses, hice un curso de meditación en Dhamma Giri que me abrió a experiencias místicas muy profundas donde literalmente sentí en mi cuerpo el recuerdo de YO SOY AMOR. Me conecté mucho con la práctica de hatha yoga, la medicina ayurvédica y la música, mientras veía como parte de mi ego se seguía disolviendo, transformando. Fue una oportunidad de hacerlo porque estaba sola en un país lejano, una cultura completamente distinta en circunstancias donde nadie sabía "quien era yo".
Entré en contacto directo con mi sanación a través de estas nuevas herramientas mientras recorría su territorio de origen e integraba las otras dimensiones del sanar más allá de atender una enfermedad o síntoma como nos lo enseña la medicina occidental.
Conocer, transitar y contemplar el Himalaya y el río Ganges me revitalizaron y sentí tanta paz que no tuve duda del poder sanador de madre tierra. También me sentí profundamente sostenida en su abundancia y belleza. Era como entrar en conexión plena con mi hemisferio derecho entre una y otra experiencia de mi primer visita a este lugar. Me sentí en casa!
Al regresar de este viaje noté en mí que había ocurrido una actualización de conciencia, un aumento de la sensibilidad y la activación de la conciencia cristalina a través de mí. Claro, esta es una breve descripción del viaje porque así como tuve experiencias místicas y aprendizajes de herramientas que me sanaban también tuve experiencias muy terrenales y mundanas que me enseñaron la importancia de cuidarme a mi misma, poner límites y forjar mi fuerza interior y carácter. Madurando y habitando mi humanidad.
Regresé siendo más consciente del amor en todo, con mayor motivación para seguir aprendiendo, cultivando mi ser y ya sintiendo venir otra etapa de mi vida mientras integraba más y más las prácticas que mencioné antes. Estando en Bogotá, de nuevo en casa rodeada de mis seres queridos y después de esa apertura interna, perserverante y disciplinada en la práctica continuaba el proceso de purificación.
Resurgieron creencias limitantes que atender y reprogramar tales como: no soy suficiente y "tengo que" cumplir las expectativas de otros" en particular las de mis padres. Así como "necesito la aprobación de otros" para validarme a mí misma.
En ese momento decidí postularme a un trabajo para demostrarle a los demás que sí era capaz de obtener un "buen trabajo" y ser exitosa pese a no saber ni escuchar los anhelos profundos de mi ser. Simplemente reaccionando a un mandato que no sabía de donde diablos había salido!
Fueron 2 años sintiendo y dándome cuenta que lo que estaba viviendo no me generaba conexión con los anhelos de mi corazón pero tampoco sabía qué era lo que quería. La practica constante de la meditación y de la quietud era mi sostén para no desfallecer en el proceso.
Así como el hábito de conectar con mi cuerpo a través del hatha yoga y mis hábitos alimenticios que se iban modificando. Empecé a dejar de ingerir cualquier tipo de carne animal progresivamente y a cocinar para mí. Descubriendo sabores y efectos de variados alimentos en los cuerpos físico, mental y emocional.
En el 2011 la estructura de vida que estaba sosteniendo basadas en mis creencias inconscientes, se cayó por su propio peso. Conseguí ese trabajo deseado por muchos, que me llevaría al éxito como profesora de tiempo completo en una prestigiosa universidad de la ciudad capital.
Fue suficiente 1 mes en este lugar de trabajo para darme cuenta que no era mi pasión hacer lo que estaba haciendo....seguir intentando llenar expectativas de otros a costa de mi salud y necesidades. Por fortuna y como parte de mi proceso decidí hacer un pare. Lo hice de una manera repentina y rápida; ya venía venir una crisis de ansiedad por no poder cumplirle a los demás.
En el entretanto del proceso y en mi intimidad seguía meditando, reflexionando, haciendo yoga o corriendo para no enloquecer en medio de la purificación y la transformación. Siempre conservando este tiempo y practica como algo sagrado.
Decidí renunciar. En ese momento lo sentí como una necesidad de "supervivencia" porque de lo contrario corría el riesgo de convertirme en zombie. No fue fácil y de hecho fue doloroso contrariar consciente e inconscientemente a mi madre, a mi mentor, a mi jefe, a mi suegra, pareja del momento, quienes había depositado su confianza/expectativa en mí.
Salté al vacío eligiéndome como prioridad por primera vez en la vida. Me mudé a una granja familiar en la que veníamos trabajando un par de años atrás. Cabe mencionar en este punto que también había renunciado a continuar con el negocio familiar en el que trabajé desde muy joven. Agradecí a mis padres por todo su esfuerzo y dedicación pero que no era mi sueño y no lo iba a hacer porque "tocaba" seguir, crecer y vivir de ella. Así que sin quererlo mi alma se iba liberando paso a paso de aquello con lo que no resonaba y de la manera que correspondía.

Así empezó otra etapa de mi vida que yo llamo especialización/master teórico práctico con madre naturaleza. Terminé el ciclo académico/intelectual formal válido socialmente para literal desaprender el modo exclusivamente lógico/racional (hemisferio izquierdo-energía másculina). Entré en modo creatividad, intuición, sensibilidad, emoción (hemisferio derecho-energía femenina). Me entregué a sembrar, cuidar animales, un espacio natural y a mi proceso de purificación/sanación desde otro lugar.
Antes de continuar con la siguiente entrada, reflexiono lo siguiente:
- En retrospectiva observo y siento que el alma siempre sabe el camino cuando la escuchamos de la forma en que corresponda
- Honro cada uno de mis pasos y el de las personas con quienes me he encontrado en el camino; sin su intervención no hubiesen sido posible los aprendizajes para mi evolución.
- El sufrimiento y la polaridad son grandes maestros en la escuela de la tierra y de la vida. Ellos nos permiten integrar, cultivar la resiliencia, la valentía, la trascendencia, la experimentación, etc para poder conocer, desarrollar y manifestar el potencial del ser para crear nuestras versiones humanas evolucionadas/despiertas.
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